El Hombre y el Alcohol la pareja inseparable. Desde tiempos inmemoriales el ser humano a fermentado granos y jugos para obtener esa sustancia divina que nos provoca un estado especial. Los primeros escritos sobre el uso de la cerveza, el vino y otras bebidas alcohólicas se remontan a más de 5000 años, en Mesopotamia con los sumerios. La cerveza más antigua de Europa, elaborada a base de trigo, se consumía en Soria (no podía ser en otro sitio que en España) hace 4.400 años, en plena Edad del Cobre. Sin embargo, el proceso de destilación aplicado a las bebidas fermentadas se remonta al siglo VII después de Cristo, aplicado al vino por los árabes, que lo habían aprendido de los alquimistas.
Efectos del Alcohol
La absorción del alcohol por el organismo esta determinada por varios factores: la graduación o concentración de alcohol de la bebida; la presencia de comida en el estomago; el peso del individuo (menor peso implica mayor absorción);el sexo ( las mujeres son más sensibles); y la habituación (estados avanzados de alcoholismo reducen la tolerancia al alcohol) entre otros.
Los efectos, según la cantidad, pasan por sucesivas fases:
Fase prodrómica (0,25 gr./l -0,3 gr./l ). En ella el individuo percibe un cambio en su estado mental. Determinadas pruebas psicomotrices y de aptitud han revelado alteraciones que afectan a la percepción de los sentidos y una disminución de los reflejos.
Fase de excitación (0,3 gr. / 1,5 gr./l ). En ella se produce una perdida de la inhibición y la perdida del autocontrol, con parálisis progresiva de los procesos mentales más complejos. Este es el primer estado que puede comportar cambios de personalidad.
Fase de incoordinación (1,5 gr. /l - 3 gr./l), caracterizada por temblor, confusión mental, incoordinación motriz lo que provoca generalmente que la persona acabe por dormirse.
Fase de coma etílico y muerte (+3 gr./l).
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